Por C. P. Omar Mata Rodríguez
Emilio había contratado a un nuevo gerente para su restaurante: José Antonio, un amigo a quien le tenía mucha confianza y cuya relación de amistad era notable. José Antonio demostraba tener una situación económica desahogada y una gran experiencia en el ramo restaurantero. ¿Qué podía esperarse de una relación así?
La cobranza del restaurante se depositaba inmediatamente al día siguiente en el banco de la compañía, sin embargo, hubo un día en que no fue así, así que llamé a José Antonio para preguntar la razón de la falta de depósito, a lo cual argumentó simplemente haber tenido complicaciones por exceso de trabajo pero que la depositaría tan pronto como fuera posible.
Yo no tenía duda en sus palabras, ¿Quién podría desconfiar de él con tales cualidades y amistad? Armarle lío sería como confrontar al mismo dueño. Sin embargo, su atrasó duró una semana, por lo cual decidí insistir el lunes de la semana siguiente.
Antes de haber logrado mi intento, fui llamado por Emilio, al lado de él estaba el contralor con cara de amistad fingida. El no haber reportado de manera inmediata la situación me costó haber recibido una llamada de atención muy fuerte, y tomando en cuenta que la voz de Emilio era aguda y escandalosa, sus gritos resonaban hasta el patio de las oficinas.
En ese entonces tenía 22 años, y me faltaban muchas cosas por aprender. Esa situación acabo con la imagen de amistad y confianza que tenían ambos, y en breve José Antonio se retiró o fue sustituido, ya no quise averiguar más del tema.
Con ello aprendí, que aunque existía amistad y confianza por parte de ambos, cuando hay dinero de por medio, y más tratándose del de Emilio, había que andarse con cuidado y no vacilar en cumplir sus políticas y procedimientos con apego.
Emilio sabía separar muy bien la amistad de su negocio, y era muy disciplinado en el manejo del dinero, quizá por eso tenía tanto.
Pero también aprendí porque es tan importante no tocar el dinero de la cobranza sin antes haberse depositado. Cosas que te voy a compartir en la siguiente publicación: El Depósito de la Cobranza es Sagrado.
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